Los filósofos presocráticos pensaban con la (i)lógica de la poesía. Tomemos cualquier aforismo de Heráclito o algún fragmento de Parménides : El camino que sube y el camino que baja son uno y el mismo o el pensar y el ser son la misma cosa.
Según la filosofía de Heidegger (deudora de la poesía de Hölderlin, Trakl y Rilke) cuando Heráclito pensó el logos como palabra directriz, la palabra era lo nombrado.
Veamos los aforismos de Antonio Porchia, por dar otro ejemplo:
Cerca de mi no hay mas que lejanías.
Poetas como Roberto Juarroz y Alejandra Pizarnik extendieron esas frases para forjar su poética.
es porque me nombro / tú / que no olvido / vivir.
¿Un pensamiento? ¿Una ética hacia el otro?
Voy al diccionario.
Fraseo: El arte de puntuar y graduar una frase musical.
Creo que allí hay una clave para recuperar la oralidad de la poesía, su origen en los romanceros anónimos y por qué no, su poder de pensamiento. La poesía, en los libros sagrados de todas las culturas, siempre un paso adelante. Sin totalitarismos, abriendo grietas en la realidad acordada, brechas. Mostrándonos por ese breve instante que dura la desocultación, hacia donde podemos mirar.
Duración no mensurable, la de quien juega su vida en el lenguaje.
O en la extensión de una frase.
Mejor otro verso de Meschonnic:
hoy / las hojas muertas / iban más rápido que yo
Bibliografía básica:
Los presocráticos, ediciones Orbis.
Logos, Heráclito, (fragmento 50), Martin Heidegger
Puesto que soy esa zarza, Henri Meschonnic, Leviatán.
Voces de Antonio Porchia. (Hay bellas ediciones en usados y reedición de Alción).
Alejandra Pizarnik, Cesar Aira, Beatriz Viterbo
Cancionero y romancero español, de Dámaso Alonso.