5.3.08

ENTRE CELAN Y CELAN

Escribe Beda Alleman que, de su encuentro con Celan en la primavera de 1968, rescata este decir del poeta: «palabras devienen nombres».

Henri Michaux describe la sonrisa de Celan como «la sonrisa de un hombre que atravesó mil naufragios.»
No intentará esta breve nota hablar acerca de esos naufragios, acerca de todo eso sobre lo que tanto se ha escrito.
Apenas queremos compartir con el lector un pequeño poema de Celan. Pertenece al libro «De umbral en umbral», dedicado simplemente «a Gisèle», esposa de Celan y artista gráfica. Se trata de un poema escrito para el primer hijo de la pareja, muerto prematuramente.
Alcanza para dar al lector dimensión de la hondura y belleza que el poeta solía lograr.

EPITAFIO PARA FRANCOIS

LAS dos puertas del mundo
están abiertas:
abiertas por ti
entre dos noches.
Las oímos golpear y golpear
y llevamos lo incierto,
y llevamos lo vivo a tu siempre.

Octubre 1953


(Traducción de Jesús Munárriz)
Consultar aquí:
Celan- Dios- Nelly Sachs


Celan Jabès

5 comentarios:

meridiana dijo...

La muerte de un niño: esas puertas que se abren y reclaman golpeando algo de la vida...
Celan conmueve desde una pequeña imagen, allí donde todo se juega.

Liliana

La Gata Insomne dijo...

tienes razón j. g.
en este poema se percibe la hondura, creo que nada lo define mejor

gracias

Javier Galarza dijo...

Gracias a LILIANA y a GATA INSOMNE por compartir la belleza dolida de este poema.

Karol Arcique dijo...

Celan, como pocos, tiene esa facultad de transmitir la herida, la sangre y su calor de una manera tan dolorosamente bella...

Javier Galarza dijo...

Usted lo ha dicho, KAROL.