11.4.09

POETAS FRANCESES TRADUCIDOS POR POETAS CHILENOS

EPITAFIO, DE CHARLES CROS, EN VERSIÓN DE JORGE TEILLIER

Aquí yacen los mensajeros del rey,
leones del mar de la Patagonia.
Dios los condujo desde la Cruz del Sur a la Estrella Polar
por el camino del contra sentido.
Ellos no hicieron nada como nadie
porque ellos murieron al revés,
como los hombres del Ponant antaño,
cuando partían a morir al Cabo de Hornos.
Ellos no tenían que hacer aquí,
no más que los marinos de allá lejos,
sino encontrarle un sentido a la vida.
Porque no es necesario ser un hombre,
para descubrir al fin, moribundo,
donde se encuentra la Patagonia.


ROAL VIAL, ARMANDO Y TEILLIER, JORGE, LA INVENCIÓN DE CHILE, EDITORIAL UNIVERSITARIA, SANTIAGO,1994


BELLA Y SEMEJANTE, DE PAUL ELUARD, EN VERSIÓN DE ROSAMEL DEL VALLE

Un rostro al fin del día
Una cuna entre las hojas muertas del día
Un ramo de lluvia desnuda
Todo Sol oculto
Toda fuente de los espejos en el fondo del agua
Todo espejo de los espejos rotos
Un rostros en las balanzas del silencio
Un guijarro entre otros guijarros
Por las frondas de los últimos resplandores del día
Un rostro semejante a todos los rostros olvidados


REVISTA ORFEO, N 6, SANTIAGO, 1964


POEMA, DE ROBERT DESNOS, EN VERSIÓN DE HERNÁN VALDÉS

Desnúdate
báñate en esta agua negra
nada puedes temer
tú lo has hecho ya
el cuerpo humano impermeable no se empapa
como una esponja
el Sol secará el barro
que caerá hecho polvo
ve
la tierra es vasta y así tu corazón
que a fin de cuentas hechas y bien hechas
no contiene aún ningún error
y jamás ha contenido lodo.


REVISTA ORFEO, N 6, SANTIAGO, 1964


MARINA, DE ARTHUR RIMBAUD, EN VERSIÓN DE ARMANDO URIBE

Los carros de plata y de cobre—
Las proas de acero y de plata—
Combaten la espuma—
Levantan las cepas de zarzas,
Cursos de los arenales,
Y caminos inmensos de reflujo,
Se van al este circulares,
A los pilares de la foresta—.
A los fustes de los escollos,
Cuyo ángulo se hiere en torbellinos de luces.


REVISTA FINIS TERRAE, N 39, SANTIAGO, 1963


EL ENEMIGO, DE CHARLES BAUDELAIRE, POR PABLO NERUDA

Mi juventud no fue sino oscura tormenta
que rara vez el Sol cortó con luz brillante,
trueno y lluvia ejercieron tan repetida afrenta
que en mi jardín no existen los frutos incitantes.

Yo que toqué el otoño del pensamiento azadas
tendré que usar rastrillos y palas poderosas,
para juntar de nuevo las tierras inundadas
donde los agujeros son grandes como fosas.

Quién sabe si las nuevas flores que yo he soñado
encontrarán en este territorio lavado
el místico alimento que las vaya elevando!

Oh dolor de dolor! Corre el tiempo, la vida,
y el oscuro enemigo que nos va desangrando
crece y se fortifica con la sangre perdida!


REVISTA ARBOL DE LETRAS, N 1, SANTIAGO, 1967.

1 comentario:

Casa de Los Cuentos dijo...

Hola Javier

Hoy estoy de paseo por la red en busca de contadores de cuentos, letras nuevas, amigos para aprender y compartir. He venido a invitarte con especial motivo para que me acompañes esta semana en que dedico a la lectura de las letras Argentinas. Espero que lo que estoy leyendo te guste tanto como a mí. Espero tu visita en mi Casa der los Cuentos, tus opiniones y comentarios. Saludos desde Mérida, Venezuela. Jabier.