«Iluminations», «Royauté»
Para Melchor
I
Una hermosa mañana, en una nación gentilísima, un hombre y una mujer, espléndidos, gritaban por la plaza pública: « ¡amigos, yo quiero que sea reina, yo quiero ser reina!». Ella reía y temblaba. El hablaba a los amigos de revelación, de prueba concluida. Y se pasmaban uno junto al otro.
Eso ocurrió. Fueron reyes a lo largo de toda una mañana en que las colgaduras —carmesíes— resaltaron sobre los edificios, y por la tarde, en marcha hacia los jardines de palmeras.
II
Una hermosa mañana, en un país amable,
Una mujer y un hombre, de juventud hermosa
Gritaban desde el centro de la plaza.
« ¡Quiero que sea reina, amigos, escuchad».
Y a la vez: «Atención, yo, yo quiero ser reina».
Ella entonces temblando se reía.
El hablaba a la gente de una revelación
Ignota — ¿cuál sería?— de una prueba conclusa.
Los dos gozaban, íntimos, felices.
Decían la verdad. Reinaron, fueron reyes
Hasta aquel mediodía, por entre los flotantes
Carmesíes de fiesta en las fachadas,
Y después, por la tarde, serena, ya más lejos,
Sin fatiga errabundos, despacio caminando,
Próximos a jardines con palmeras.
III
Era una mañana clara,
Y una soberbia pareja
Alzaba en la plaza gritos.
« ¡Yo quiero que sea reina!»
Ella temblaba riéndose.
A los amigos él, mientras,
Habló de revelación
Y de victoriosa prueba.
Reunidos como a solas
Un solo goce ya eran,
Y radiantes, inocentes,
Daban al día más fuerza.
Sin disputa fueron reyes,
Una mañana de veras,
Cuando hacia el sol se tendían
Altos carmines de telas,
Y reyes fueron aún
Aquella tarde, ya cerca
De los últimos follajes
Con sus cimas de palmeras.
Aire nuestro, HOMENAJE, España 1993, Grupo Anaya
Versión original
Royauté
Un beau matin, chez un peuple fort doux, un homme et une femme superbes criaient sur la place publique: "Mes amis, je veux qu'elle soit reine!" "Je veux être reine!" Elle riait et tremblait. Il parlait aux amis de révélation, d'épreuve terminée. Ils se pâmaient l'un contre l'autre.
En effet ils furent rois toute une matinée, où les tentures carminées se relevèrent sur les maisons, et tout l'après-midi, où ils s'avancèrent du côté des jardins de palmes,
Royauté
Un beau matin, chez un peuple fort doux, un homme et une femme superbes criaient sur la place publique: "Mes amis, je veux qu'elle soit reine!" "Je veux être reine!" Elle riait et tremblait. Il parlait aux amis de révélation, d'épreuve terminée. Ils se pâmaient l'un contre l'autre.
En effet ils furent rois toute une matinée, où les tentures carminées se relevèrent sur les maisons, et tout l'après-midi, où ils s'avancèrent du côté des jardins de palmes,
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