7.6.07

ANTONIO PORCHIA (1886-1968)

Nació en Italia, pero residió en la Argentina desde la adolescencia hasta la muerte. Elogiado por André Bretón, la poeta Alejandra Pizarnik le escribió: «asiento a cada una de sus VOCES con toda mi sangre, lo que es extraño: su libro es el más solitario, el más profundamente solo que se ha escrito en el mundo y no obstante, releyéndolo a medianoche me sentí acompañada o mejor dicho amparada». Porchia, solitario y sobrio, llenó con su único librito (VOCES) las palabras de profundidad y poesía. Lejos de los círculos literarios. Cerca de la vida.


Mi yo ha ido alejándose de mí. Hoy es mi más lejano tú.

Cerca de mí no hay más que lejanías.

Cuando me hiciste otro, te deje conmigo.

Cuando busco mi existencia no la busco en mí.

No estoy de más en ninguna parte porque no me cuento en ninguna parte.

Te ayudaré a venir si vienes y a no venir si no vienes.

Y si todavía encuentras algo, no haz perdido todo. Te falta perder algo todavía.

El sol es lo exterior de todas las noches y de todos los fríos.

A veces, de noche, enciendo una luz, para no ver.

Cuantos cansados de mentir se suicidan en cualquier verdad.

Cuando me hiciste otro te dejé conmigo

El árbol está solo, la nube está sola. Todo está solo cuando yo estoy solo.

Toda cosa existe por el vacío que la rodea.

Cuando se apagaron sus ojos, yo también vi una sombra.

Cuanto he perdido lo hallo a cada paso y me recuerda que lo he perdido.

Herir al corazón es crearlo.

El temor de separación es todo lo que nos une.

Nadie puede no ir más allá. Y más allá hay un abismo.

El sol es lo exterior de todas las noches y de todos los fríos.

No estoy de más en ninguna parte, porque no me cuento en ninguna parte.

Triste eres menos triste. Quédate triste.

Tu crees que me matas. Yo creo que te suicidas.

2 comentarios:

orquidea dijo...

"herir al corazón es crearlo"
...que belleza...

inu dijo...

la página de don antonio posee audios y su voz tan parsimoniosa, casi nerudiana, de respirar para recorrer todos los caminos.
galarza leer lo que escribes desde lo que lees es reconfortante y extraño a la vez.