2.4.12

TRES ANÉCDOTAS SOBRE MIGUEL ÁNGEL BUSTOS



Elijo recordar a Alberto Szpunberg a través de tres anécdotas que contó sobre su íntimo amigo: Miguel Ángel Bustos, poeta secuestrado por la Dictadura Militar. La magnitud de esta pérdida está ligada al fin de la mejor generación de poetas que dio nuestro país.
Escribe Alberto Szpunberg en Despedida de los ángeles (Libros de Tierra Firme, 1998): “Recuerdo la vez que tropecé con Miguel Ángel, una noche de mucho frío. Justo después de toparme con Paco Urondo, sonriente, seguro, rodeado de sus compañeros. A unas pocas cuadras estaba Miguel solo, con su traje de siempre, avanzando, sin la menor euforia, pero preparándose para dormir en el terreno baldío. que había ahí enfrente.
-Acá está el pueblo Alberto y algo tiene que pasar”.
El sacrificio de una virgen
Una noche de lluvia torrencial, allá por mil novecientos sesenta y tantos, Miguel Ángel Bustos apareció por el departamento de Psicología de Filosofía y Letras, donde trabajaba Alberto Szpumberg
-¿Qué hacés Miguel Ángel?- chorreaba por los cuatro costados, se sacó el piloto y de uno de los bolsillos extrajo un cuchillo de cocina.
-Alberto -temblaba todo- vengo a consumar el sacrificio de la virgen.
En ese momento entró José Irzisoglin, decano del departamento.
-Doctor, le dijo Szpunberg, le presento a Miguel Ángel Bustos..
- Conozco sus poemas, le dijo, y le tendió la mano
-Viene a consumar el sacrificio de una virgen. Lo que Miguel Ángel no sabe, es que acá no va a encontrar ninguna.
Irzisoglin y Szpungberg rieron. Miguel Ángel también.
Dejó el cuchillo sobre el escritorio.
Se sentó y se largó a llorar.
Esto se parte
Piden tostados, café, Alberto Szpumberg agrega una ginebra.
Miguel Ángel no puede tomar alcohol por la medicación. Piden un pastel de manzana. Miguel Ángel se dirige hacia las chicas de la mesa de al lado.
- ¿Saben que por mordisquear un poquito de manzana la humanidad perdió su inocencia?
En la mesa de al lado cunde el desconcierto.
- ¿Saben que sólo los locos, los poetas y los chicos, aunque se coman todas las manzanas de Río Negro no pierden su inocencia? Deben de tener un anticuerpo, algo espiritual, no necesariamente corporal.
El mozo se acerca.
- Esto se parte…- grita de pronto Miguel Ángel. ¡Esto se parte! ¡Esto se parte! ¡Esto se parte! y toma sus libros y sale corriendo.
Szpunberg lo alcanza en Corrientes y Florida.
- ¿Qué te pasó? -Miguel Ángel temblaba y respiraba mal.
- ¿No viste que todo se partía? Esas chicas eran unas arpías, te juro, eran las hijas de Lilith.


Bibliografía: Alberto Szpunberg, ¿Quién le teme al tigre de Miguel Ángel Bustos?, Página 12, Universidad Madres Plaza de Mayo.
#AlbertoSzpunberg #MiguelÁngelBustos #PacoUrondo

2 comentarios:

franco dijo...

Gracias por esto! ¿Hay más de Alberto Szpumberg sobre Bustos?

Vil dijo...

Gracias